Los fabricantes de automóviles se encuentran satisfechos con la norma Euro 7 “suavizada” y su retraso hasta 2027. Esta demora les da la oportunidad de perfeccionar la manera de recuperar las partículas de los frenos mientras el vehículo está en movimiento.
La aprobación de la norma Euro 7 “suavizada” ha sido bien recibida por los fabricantes. A pesar de que ahora se incluyen las PM10 en lugar de las PM23 en el recuento de partículas emitidas, lo cual se refiere al tamaño en micras, no han mostrado objeciones. Aunque las partículas más peligrosas para la salud respiratoria son las PM2.5, producidas por los motores, las PM10 son de tamaño similar al polvo ambiental y son generadas principalmente por los frenos y los neumáticos en los vehículos de última generación.
Según la nueva norma, la abrasión de frenos y neumáticos durante el ensayo de homologación no debe exceder los 3 mg/km. Mientras que el protocolo de medición para los frenos está establecido, aún se están discutiendo los detalles para los neumáticos. El retraso de la norma Euro 7 hasta 2027 ha sido un alivio para los fabricantes, ya que les otorga dos años adicionales para investigar y desarrollar sistemas de limpieza de frenos más eficientes.
Solución 1: Nuevo enfoque para el polvo de los frenos
Aunque se ha definido la manera de medir la emisión de partículas por los frenos, aún no está claro cómo los fabricantes resolverán este problema. Algunas propuestas incluyen el uso de mini-aspiradoras integradas en los discos de freno para recolectar el polvo generado durante el desgaste de las pastillas. Esta solución, aunque efectiva, podría aumentar el costo de los vehículos e implicar un gasto adicional para el consumidor.
El retraso de la normativa brinda a los fabricantes dos años para continuar estudiando y desarrollando estos sistemas de limpieza de frenos. Se están explorando nuevas técnicas, como la recopilación de partículas electrizadas mediante un precipitador electrostático, lo cual podría facilitar su recuperación de manera más eficiente.
Vuelven los tambores de freno
En algunos casos, los vehículos eléctricos están considerando el regreso a los tambores de freno, que mantienen encerradas las partículas hasta que se reemplazan las zapatas. Algunos modelos, como el VW ID.3 y sus variantes, ya están implementando frenos de tambor en el eje posterior, complementados con frenos eléctricos que contribuyen a reducir el desgaste y la emisión de partículas.
Solución 2: Reducir la producción de partículas
En lugar de enfocarse en la recolección de partículas, se está investigando la posibilidad de evitar su generación. Algunas alternativas incluyen el uso de frenos de carbono o carbono-cerámicos, que presentan un desgaste mínimo y emiten menos partículas sólidas. Otra opción más asequible es recubrir los discos de freno con un tratamiento superficial de endurecimiento que reduce el desgaste de las pastillas y la emisión de partículas.
En resumen, el retraso en la implementación de la norma Euro 7 permitirá a los fabricantes seguir desarrollando soluciones para reducir la emisión de partículas generadas por los frenos y los neumáticos, garantizando vehículos más limpios y respetuosos con el medio ambiente.
El futuro de los frenos: más eficientes y ecológicos
Una alternativa para reducir la fricción y el desgaste en los frenos es implementar pinzas que permitan separar la pastilla del disco cuando no se esté frenando. Esto evitará la generación de fricciones innecesarias y desgastes, lo que resultará en un menor consumo de energía. Sin embargo, será necesario contar con un sistema de respuesta más rápido para compensar la holgura creada, así como discos de mayor tamaño.
En el futuro, es probable que los frenos se vuelvan más costosos a medida que se diseñen con menos fricción y desgaste, pero con características de frenado mejoradas. Esta evolución se debe a la necesidad de adaptarse a las demandas de mercados como Alemania, donde las autopistas sin límite de velocidad requieren sistemas de frenos eficientes. Se espera que para el año 2027, se planteen nuevas soluciones creativas para abordar este desafío.
La importancia de las pastillas de freno en la innovación automotriz
El impacto ambiental de las pastillas de freno ha sido objeto de estudio y regulación en diversas regiones del mundo. En Europa, se ha reducido gradualmente la presencia de metales pesados como el cobre, el cadmio y el plomo en la composición de las pastillas. Estos materiales, presentes en el polvo de frenado, pueden contaminar el aire, el agua y el suelo, representando un riesgo para la salud humana y el medio ambiente.
A pesar de los avances en la reducción del uso de cobre en las pastillas de freno, este material sigue siendo fundamental por su capacidad para conducir el calor y disiparlo eficientemente. Sustituir el cobre ha requerido el desarrollo de una combinación de compuestos alternativos para garantizar un rendimiento equiparable en términos de desgaste y fricción. Fabricantes como Federal-Mogul han identificado entre 20 y 30 sustitutos de cobre para lograr este objetivo.